En tus tiempos mozos eras bastante acrobática y hacías todo el deporte que hiciera falta, nadar, golf, vela o surf, lo que te echara, eras una inconsciente. Pero te has dejado y el único ejercicio que practicas es encestar una bolita de papel desde la mesa de tu despacho a la papelera.
Si llega el verano y quieres ponerte a prueba otra vez, por lo menos hazlo con cabeza. Estos deportes en baja forma son considerados de "alto riesgo" para la integridad física y mental por las OMS (Organización Mundial de la Salud).
Nosotras, en Lovely Retro, no nos atrevemos a hacer tales excesos en una cancha de tenis o en mar abierto; nos conformamos con ejercitar el biceps levantando con solemnidad margaritas en el chiringuito de la playa. Sin embargo, si eres una chica osada, además de una chica lista, te damos unos cuantos consejos del manual de supervivencia lumbar.
Manual de supervivencia lumbar para los deportes de verano
- Práctica regular e intensidad progresiva.
Evita grandes esfuerzos deportivos después de largos períodos de inactividad. Es conveniente mantener los hábitos deportivos durante todo el año, y cuando resulta posible aumentar su intensidad o frecuencia, increméntalas de manera progresiva.
- Desarrolla tu musculatura
Es conveniente realizar un programa de ejercicios que desarrolle adecuadamente la musculatura de la espalda y de los abdominales, antes de practicar deportes que requieran su participación. Cuanto más lo estén y más equilibradas sean, menor riesgo habrá de lesionar la espalda haciendo cualquier tipo de deporte. Cualquier actividad física regular es mejor que ninguna, pero los ejercicios que son más adecuados para una persona pueden no serlo para otras. Por eso es conveniente que un especialista realice una exploración física y un balance muscular para determinar qué ejercicios resultan óptimos para una persona concreta.
- Entrenamiento adecuado
Debe preparar especialmente la musculatura que trabaje más en el deporte que vaya a practicar, y antes de iniciarlo es conveniente un período de calentamiento.
- Estilo
Es fundamental el uso de un estilo correcto, que incluye el cumplimiento de las normas de higiene postural aplicables a cada deporte.
- Material deportivo
La utilización de un adecuado material puede disminuir el riesgo de que un esfuerzo deportivo desencadene en una crisis dolorosa.
- Deportes con mayor riesgo
Como deportes que pueden aumentar el riesgo de padecer dolor de espalda, y por lo tanto hay que tener mayor cuidado, se encuentran aquellos que obligan a realizar movimientos de flexo-extensión de la columna, torsión brusca o mantenida, que someten la columna a vibraciones, o que tienden a desarrollar más la musculatura de un lado que la del otro.
Ejemplos de deportes en los que se dan estos factores y suelen practicarse con mayor frecuencia en verano son el golf, el windsurf, el tenis o el squash. Pese a ello, no plantean un riesgo relevante si se practican de manera regular a lo largo de todo el año, la forma física general es buena y el desarrollo muscular resulta adecuado, pueden practicarse sin ningún riesgo.
- En el caso del golf
Éste obliga a adoptar posturas y realizar movimientos repetidos de flexoextensión y bruscos de torsión y rotación, que pueden aumentar el riesgo de padecer dolor lumbar. La repetición de estos movimientos constituye un riesgo para la espalda, que unido a la falta de técnica, experiencia o forma física, incrementa la posibilidad de lesión. Otro factor de riesgo para padecer lumbalgia son las vibraciones. En este caso, la calidad del material deportivo y el nivel del jugador influyen en su efecto, que también es modulado por la forma física y la musculatura.
- En la vela o windsurf
Los movimientos de rotación de la columna vertebral, con carga o contra resistencia, y el mantenimiento del tronco en posturas extremas (flexionado hacia delante o hiperextendido hacia atrás) constituyen posibles factores de riesgo para la aparición o persistencia de dolores de espalda.
- En el tenis o el squash
Además de los riesgos anteriores se une que los movimientos se hacen rápidamente y, salvo que el entrenamiento sea bueno, se intenta golpear la bola en posturas forzadas. Además, su práctica intensa tiende a desarrollar más la musculatura de un lado que la del otro lo que, si no se realiza el ejercicio compensatorio adecuado, a largo plazo puede generar una asimetría perjudicial para la espalda.
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