Es importante que conozcas la composición, modo de lavado y planchado y otras recomendaciones antes de dar el paso de juntar esa prenda nueva con el resto de tu ropa. Si no tienes precaución puede que las consecuencias no sean sólo haber adquirido una prenda de mala calidad si no que perjudique al resto de tu ropa.
1. Lee la etiqueta.
Es aconsejable adquirir exclusivamente las prendas cuya etiqueta diga con claridad la composición del género y las instrucciones para el lavado y conservación.
Lo primero es de declaración obligatoria y nos permite deducir algunas conclusiones sobre las cualidades de uso de la prenda, por ejemplo su higroscopicidad (absorción de humedad) y su capacidad de aislamiento térmico.
En cuanto a las instrucciones, son imprescindibles para la duración y buen estado de la prenda, por ejemplo la temperatura máxima del agua para el lavado. Por consiguiente, rechazaremos las prendas nuevas que no lleven etiqueta o no haga constar en algún lugar, por ejemplo en la caja, la composición de la fibra.
2. Claridad en la composición de las prendas.
Evitaremos también los géneros cuya declaración sea ambigua, por ejemplo "mínimo 85 por ciento de lana" u "otras fibras, 20 por ciento", ya que corremos el peligro de adquirir una prenda de baja calidad. El fabricantes que ofrece una verdadera garantía no tiene por qué temer una especificación completa.
3. Lavar antes de usar.
Las prendas nuevas de lana o algodón deben lavarse antes del primer uso, para eliminar o disminuir en lo posible los residuos de productos químicos.
4. Los rellenos son importantes.
En las prendas con acolchados o rellenos debe constar asimismo la composición del relleno, que en estos casos es incluso más importante que la del género visto por que se refiere a las cualidades de uso. Una chaqueta de seda forrada con acetato, por ejemplo, es muy inferior a otra que lleve forros de seda o algodón.
5. Sólo lana de calidad.
Observa también las etiquetas de las prendas de lana. Sólo es lana de calidad la obtenida por esquila de ovejas de dos a cinco años; la simple mención "pura lana" puede significar que además de una proporción de lana de esquila verdadera el género contiene fibra de menor calidad (aprovechamiento de los desechos del hilado, o lana de otros animales).
6. ¿Interesan las fibras mixtas?
En el caso de las fibras mixtas observaremos si la proporción de fibra artificial es demasiado elevada. Los tejidos que contienen mucha fibra sintética tienen peores cualidades de uso (menos transpirabilidad, más acumulación de cargas electrostáticas y más propensión a tomar suciedad).
7. Compra en verde.
A ser posible, evitaremos la compra de prendas empaquetadas o en cajas, no sólo por reducir el volumen de residuos, sino también para mayor facilidad de prueba en el establecimiento o posible canje. Además los productos embalados llevan muchas veces la especificación en el embalaje y éste se tira luego; en estas condiciones, cuando vayamos a lavar la prenda por primera vez echaremos en falta las instrucciones.
8. Tintorería, lo justo.
Compra, a ser posible, únicamente prendas lavables en casa. La tintorería no es sólo más cara que el lavado doméstico sino que castiga mucho más el medio ambiente.
9. ¿Y si destiñe?
No compres ninguna prenda que diga que debe lavarse aparte de todas las demás, porque destiñe. Puede ocurrir fácilmente que olvides la advertencia, con lo cual mancharás toda la colada; además hay que contar con la posibilidad de que el color no sea transpirable, es decir, que destiña sobre la piel. Lo cual es peligroso, porque muchos pigmentos originan reacciones alérgicas.
10. Huele antes de comprar.
No adquieras ninguna prenda que exhale un olor molesto. La nariz humana es un instrumento analítico muy sensible para gran número de productos químicos. Ese olor desagradable puede ser debido a la presencia de formaldehido o de algún disolvente.br /
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