1. !Recicla!
Entérate de los puntos verdes de tu área. En Donde reciclar encontrarás las zonas habilitadas para la correcta recogida de un modo selectivo de los residuos domésticos de pilas, plástico, cartón, aceite y los puntos limpios más cercanos a tu casa.además tu punto de reciclaje más cercano y contribuirás con el medio ambiente.
2. Pasa de los productos de papel
Compra unos cuantos juegos de trapos de cocina, servilletas y toallas, y lávalos sólo cuando de verdad haga falta.
3. Rellena
Consigue una botella reutilizable para llevar agua fuera de casa (sale mucho más barato que comprar botellas de plástico individuales). Y lleva un termo a la cafetería que te sirve el café para llevar a la oficina. Si compras comida preparada, lleva el tupperware.
4. No cotillees el frigorífico
Cada vez que te quedas pensando que poner para la cena con la puerta del frigorífico abierta, luego tiene que enfriar con potencia extra para recuperar el frío perdido.
5. Compra productos locales
De media, los productos (incluso si son orgánicos) tienen que viajar una media de 1.000 km para llegar de la huerta a tu mesa -eso es un montón de gasolina. Cuando sea posible, compra alimentos que crezcan en tu zona.
6. Cocina con tapa
Una cacerola cubierta hierve mucho antes que una destapada, lo que significa que utilizas menos energía.
7. La bolsa en el bolso
¡4 billones de bolsas de plástico van a la basura cada año! Lleva una bolsa de tela (o diez) cuando hagas la compra semanal. (Guarda siempre una en el bolsillo de la trenca para los viajes inesperados al supermercado.)
8. Remoja primero
No dejes correr el grifo del agua mientras frotas las cazuelas y las sartenes. Mejor, déjalos a remojo un rato, luego lávalos con facilidad y aclara con rapidez.
9. Partida doble
Si vas a hacer pollo asado o lasaña, agrega un par de patatas al horno al mismo tiempo. Puedes utilizarlas para comidas que no requieran preparación cualquier día de la semana.
10. Compra al por mayor
No sólo ahorrarás dinero, también estarás evitando el derroche de envases.
11. No friegues los platos
Si tu lavavajillas está en buena forma, no hace falta aclarar la vajilla antes. Con rascar los restos de comida será suficiente. Pon en marcha el lavavajillas sólo cuando esté a tope.
12. ¡Para de espiar!
Cada vez que abres la puerta del horno en funcionamiento, la temperatura cae unos 5 grados, lo que significa que la comida tardará más en hacerse.
13. Arréglatelas sin el horno
Para cositas pequeñas, un tostador te hará el mismo servicio que el horno y gastarás menos luz. Los hornos de cocción lenta y las ollas a presión son muy buenas opciones de energía eficiente.
14. No despilfarres
Con frecuencia, en vez de arreglarnos con lo que hay en casa, corremos al supermercado para comprar algo que se nos ha antojado y que no estaba previsto. Aprovecha lo que ya tienes en la despensa, el congelador y el frigorífico.
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