Seguro que una de las razones por las compraste la lechuga en bolsa era ahorrarte el lavado. No pasa nada porque vaya del plástico a la ensaladera. Pero de todos modos se recomienda darla un rápido enjuague. Es más fácil que un alimento se contamine en casa que en el proceso de manipulación. Una lechuga cuando llega ha casa ha pasado desde su recolección por varios procesos de preparación y controles que no quitan naturalidad al producto. La verdura se recolecta y se enfría en la misma huerta y en las plantas de manipulado se selecciona, se higieniza con hipoclorito o con dióxido de cloro, producto similar al chorrito de lejía o vinagre doméstico, este enjuague previene la propagación de las bacterias en la superficie de la verdura. Luego la verdura se trocea –si es menester- y se envasa. Todo ello a bajas temperaturas.
Las verduras y frutas en bolsa conservan todas sus propiedades y están más protegidas dentro del envase si el producto se usa fresco en un plazo de tres días. Todo esto ha de hacerse conservando la verdura a la temperatura adecuada, entre uno y cuatro grados. Si se rompe la cadena de frío se daña y acorta la vida útil del producto. Cuando esto ocurre lo que notamos en casa es que la lechuga ennegrece y dura menos de lo habitual por eso es importante que se mire de dónde cogemos la lechuga en la tienda y nos fijemos en la fecha de caducidad.
De todos modos, si quieres lavar la lechuga, rellena un recipiente limpio con agua limpia, añádele un chorrito de vinagre de la ensalada y centrifuga.
Con la colaboración de Rafael Gavara, investigador del CSIC en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos y José María Garrido, director de gestión de calidad de Florette Ibérica.
Un poco sobre el autor
Introduce una breve descripción tuya
Lee más cosas de Marieta en Google+ y Twitter
0 comentarios: