La mayoría de las personas consideran que las varices no son una enfermedad sino un problema estético. Pero nada más lejos de la realidad.
Las venas azuladas, hinchadas y con bultos y sus primas, las telangiectasisas rojas de tipo "araña", son sólo los signos más evidentes de las varices. Estos signos se acompañan de dolor y fatiga en las piernas.
Esta afección no suele representar una amenaza para la vida, por lo que no hay motivo para el pánico o para correr al médico. No obstante, si tienes varices te sentirás infinitamente mejor sabiendo cómo tratarlas.
1. No te sientas culpable
El principal factor de riesgo para las varices es la incidencia familiar de esta afección. Existe toda clase de creencias con respecto al origen de esta enfermedad (cruzar en exceso las piernas, por ejemplo). Esto no tiene sentido. Simplemente formas parte del conjunto de personas que posee el gen culpable.
2. Aprovecha la ley de la gravedad
Las venas varicosas son venas debilitadas que han perdido la capacidad para bombear la sangre de retorno al corazón. Las venas de las piernas son las más propensas a las varices puesto que son las que están más lejos del corazón y deben luchar contra la gravedad. Es posible facilitar su trabajo poniendo la gravedad de tu parte. Es muy fácil con una silla almohadillada, una almohada o sólo la silla. Eleva las piernas por encima de la altura de las caderas,, cada vez que sientas dolor. El malestar desaparecerá al poco tiempo.
3. Usa medias de soporte
Ayudan a aliviar las molestias. Estas medias, de venta en las farmacias y grandes almacenes, evitan que la sangre se acumule en los pequeños capilares de la superficie de la piel.
4. Haz un ejercicio combinado
Los pacientes con varices pueden combinar el efecto de la gravedad y de las medias de soporte con el siguiente ejercicio. Colócate las medias de soporte y tiéndete sobre la espalda. Levanta las piernas y apóyalas contra la pared. Mantén esa posición durante 2 minutos. Esto permite que la sangre fluya a través de sus venas hinchadas hacia el corazón. Repítelo tantas veces como sea necesario.
5. Eleva la cama
Para que la gravedad trabaje a tu favor durante toda la noche, eleva los pies de la cama varios centímetros. Si padeces problemas cardíacos o respiratorios durante la noche, es mejor que preguntes a tu médico.
6. Usa zapatos adecuados
Las varices son bastante molestas. No les des más problemas usando tacones altos o botas de campo.
7. Compra un par de medias elásticas
Estas medias, que se venden en tiendas especializadas, son mucho más eficaces que las medias de soporte. Las medias elásticas a medida se usan hasta la rodilla y pueden calmar las varices. Tenga en cuenta la buena calidad a la hora de la compra.
8. Controla tu peso
Añadir peso a tu cuerpo significa más presión para tus piernas. Esta es una de las razones de las varices de las mujeres embarazadas. Manteniendo el peso adecuado, reducirás las posibilidad de sufrir complicaciones.
9. No uses ropas ceñidas
Evita sobre todo las ligas o las medias demasiado ajustadas en las ingles, que pueden actuar como torniquete y acumular sangre en tus venas.
10. ¿Tomas la píldora?
Estate alerta. Los desequilibrios hormonales que a veces ocurren debido a las píldoras anticonceptivas pueden ser la causa delas telangiectasias del tipo araña. Si éstas aparecen después de iniciar este método anticonceptivo, es posible que exista una relación entre ambos hechos.
11. No fumes
Un informe ha revelado una correlación entre el consumo de tabaco y la incidencia de varices. Los investigadores han concluido que el cigarrillo puede ser un factor de riesgo en las personas con varices.
12. Date un paseo
Estar sentado o de pie durante largos periodos puede ocasionar problemas, debido a que estas posiciones la sangre tiende a acumularse. Para evitarlo, practica ejercicio a diario, en particular caminar. Las personas con vida sedentaria son más propensas a las varices que las personas con vida activa.
13. No escondas tu problema
Gran parte del malestar y el dolor que tus varices te producen pueden enmascararse con analgésicos. Curar las varices no consiste en mitigar el dolor. Acude a tu médico para recibir el tratamiento adecuado.
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